Seguridad alimentaria en insecticultura

El sector del insecto ya ha comenzado a desarrollarse a nivel europeo, pero también en España. Hasta el momento, los insectos únicamente se criaban como alimento para animales exóticos, por lo que no estaban sujetos a ninguna restricción en materia de seguridad alimentaria.

Sin embargo, ya se valora el consumo de insectos para los humanos, encontrando a día de hoy un mercado incipiente en la mayoría de los países europeos, pero también algunos en los cuales ya llevan años comercializándose y siendo consumidos por un gran número de personas.

Con este escenario, surge la necesidad de regular los métodos y técnicas de producción de insectos, así como su comercialización con el objetivo de preservar la seguridad alimentaria y la salud de las personas.

 

Manual de cría de insectos

 

🌍 Situación actual en EUROPA

La primera vez que la Unión Europea reguló los insectos como alimento para las personas, fue a raíz de la publicación del Reglamento UE 2283/2015 de nuevos alimentos. Ya existía un Reglamento anterior en relación a nuevos alimentos, el 258/1997, en el cual los insectos no se mencionaban y por el que ciertos países interpretaron que no afectaba a los insectos. En consecuencia, estos países comenzaron a comercializar insectos de diferentes especies y en distintos formatos destinados al consumo humano.

Por otro lado, la Comisión Europea solicitó a Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria un informe acerca de los riesgos para la salud que entraña el consumo de insectos, y ésta emitió un informe donde destacaba la necesidad de llevar a cabo investigaciones más exhaustivas en este sentido. También ponía de manifiesto los potenciales riesgos biológicos y químicos, las posibles alergias alimentarias debidas al consumo de insectos, así como los riegos ambientales.

En cualquier caso, las futuras regulaciones en materia de insectos deberán estar alineadas con los principios del Reglamento CE 178/2002, por el que se establecen los principios y los requisitos generales de legislación alimentaria y se fijan procedimientos relativos a la seguridad alimentaria.

🇪🇸 Situación de los insectos en España

Por su parte, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), antes denominada AECOSAN, y en la misma línea que EFSA, también emitió a finales de 2018 una nota donde exponía la situación en España de los insectos como producto alimenticio para los humanos.

ℹ️ Informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición

Si bien a fecha de hoy seguimos en el mismo punto en cuanto a legalización y comercialización de estos productos, este informe aporta mucha información muy valiosa y se puede decir que sienta las bases para una regulación cada vez más necesaria.

En primer lugar, aporta un listado de especies de insectos con mayor potencial para ser consumidos como alimento humano y que serían los candidatos a ser autorizados. Aquí se pueden encontrar también algunos arácnidos y una amplia variedad de insectos como diferentes especies de grillos, escarabajos, polillas, moscas y langostas.

AECOSAN también expone las ventajas ambientales que suponen las granjas de insectos frente a los sistemas de ganadería tradicional, como son la reducción de emisiones, de residuos y el bajo consumo de agua y la eficiencia de los productos obtenidos, ya que en su mayoría los insectos se consumen enteros y por la conversión que hacen estos animales del alimento que consumen en proteína.

Granjas de insectos

Granjas de insectos

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🦗 Formatos de venta de los insectos

Del mismo modo, en este informe se analizan los diferentes formatos de venta de los insectos, que según se detalla, pueden “ser enteros, en polvo o pasta, o como extractos de proteínas, grasas o quitina”. Asimismo, se detallan los riesgos para la salud asociados a los microorganismos y parásitos patógenos que se pueden encontrar en los insectos o aparecer sin una correcta manipulación durante el procesado como son patógenos bacterianos, víricos, hongos, parásitos, priones y riesgos de alergenicidad.

Cabe destacar, que en este sentido AECOSAN señala que “En la Unión Europea el sector dedicado a insectos comestibles, como cualquier otro sector alimentario, debe cumplir con un conjunto de requisitos higiénicos obligatorios establecidos en los Reglamentos 852/2004 (UE, 2004a) y 853/2004 (UE, 2004b), dentro de los cuales se encuentra el de elaborar, aplicar y mantener un procedimiento basado en los principios del sistema de Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC). Asimismo, debe satisfacer las exigencias que en materia de trazabilidad impone el Reglamento (CE) Nº 178/2002 (UE, 2002). Para ello es relevante la elaboración de Guías de Prácticas Correctas de Higiene que ayuden al sector a comprender mejor las normas comunitarias relativas a la higiene de los alimentos, y aplicarlas de manera correcta y uniforme, así como Guías para la Aplicación de los Principios del Sistema APPCC, que orienten al sector a la hora de aplicar este sistema teniendo en cuenta la naturaleza y características propias del mismo.”

Esto es de vital importancia para aquellos productores de insectos que quieran comercializar sus insectos como alimentos para humanos, ya que esta sería la normativa que habría que implementar en una planta productora y/o procesadora de insectos destinados a la alimentación humana.

Por último, en el citado informe, también se dan algunas recomendaciones de buenas prácticas a llevar a cabo en el consumo de insectos en el ámbito doméstico.

Al igual que sucede a nivel europeo, a nivel estatal, cualquier regulación futura  en materia de insectos deberá cumplir con la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición.

Por todo lo citado anteriormente, parece que nos encontramos cada vez más cerca de una legislación que permita la producción y comercialización de los insectos como alimentos que serán consumidos por los humanos.